Abrí mis maletas y las puse sobre la cama.
Tardé como una media hora en deshacer todas mis maletas y colocar la ropa doblada a la perfección. Odiaba el desorden. No era la típica profesora sencilla, sino más bien dura. Tenía un ejemplo y una imagen que mantener.
Coloqué algunos cuadros pintados por mí misma en la pared. Todos tenían motivos tétricos, y apagados. Lo que había sido mi vida en sí.
Mi madre.. si se le podía llamar así, no daba señales de vida. Hacía ya varios años que la estaba buscando.. ¡Pero nada! en el fondo parecía que huía de mí.
Suspiré. Mi padre.. Él si que fue un gran hombre. Y por culpa de ella, él murió. Acaricié un retrato que hice de él mientras lo colgaba. Fue padre joven, y era un hombre atractivo. Aunque, claro, era familiar.
Bostecé sentándome en mi cama. Me había levantado a las 5 de la mañana.
Era sencillamente algo que hacía todas las mañanas. Desperdiciar un día, no era lo mío. Y esperaba absoluta puntualidad entre mis alumnos. Bromas y tonterías, las justas. Una cosa es estar entretenido y otra que eso fuera un cachondeo. Esperaba tenerles firmes desde el primer día.
Abrí uno de mis libros y lo dejé sobre la cama.