Habitación 4 ~ Akko & Ayumi

Entré a la habitación corriendo. Tiré la maleta por donde pude y medediqué a observar la habitación. No era nada del otro mundo pero parecía acogedora. Había una pequeña sala donde estaban los armarios un sofá y una pequeña tele (Allí podré poner mi Play), a la derecha de la sala había dos puertas, cada una llevaba a una pequeña habitación donde apenas cabía una cama de matrimonio, una mesita de noche y lugar para la maleta, pero el gran ventanal que tenia con vistas al capus de la otra banda de la plaza era una bueno razón para olvidar lo pequeña que era. A la izquierda de la sala había otra puerta que llevaba a una cocina bonita y acogedora aunque también pequeña y otra que llevaba a un baño de la medida justa pra todo lo que se necesitaba en un baño de adolescentes.

Me gustó. Me tiré literalmente al sofá con todas mis fuerzas y grité desahogandome:

-¡¡QUE BIEN SE ESTÁ AQUÍÍÍÍ!!

Entré con mi templada calma a la habitación. La puerta estaba semi-abierta así que pensé que Tsuruga se encontraba dentro. Me distraje en mis fantasías pensando en cómo sería esa habitación y no me di cuenta que la maleta de la muchacha estaba en medio camino. Tropecé con ella.

-¡Ay, ay, ay... Qué daño! -Murmuré poniendo mi mano en la frente.

Me volví a levantar, aparté un poco esa maleta endemoniada y avancé junto con la mía. Tsuruga se encontraba tumbada en el sofá, parecía feliz. La saludé con un gesto y seguí avanzando. Vi cuatro puertas: Dos a la derecha y dos a la izquierda. Hacia las de la derecha, que estaban ya abiertas, observé con pocos detalles las habitaciones. Eran pequeñas, con poquito espacio y... ¡Vaya! Camas de matrimonio. Avancé a la primera, era de color naranja... Bonito, bueno. Las sábanas de la cama eran verdes, desentonaban un poco. La curiosidad me hizo mirar por la ventana, ocupaba toda la pared. Mi sorpresa fue mayúscula al ver que desde ahí se veía la plaza. El gran obelisco quedaba al fondo y la fuente al medio, a una distancia de varios metros. Además el edificio de residencias era alto. Nuestra habitación debía estar al segundo piso. Pero... ¡que sorpresa! Ese detalle me alegró la mañana.

-Sí que estaré bien aquí. -Suspiré mientras abría la ventana para mirar más atentamente la plaza.

Vi que Tsujuri entró en la habitación y e saludó con un sutil gesto que le devolví. De verdad, era demasiado tierna y tímida, despertaba todos mis instintos protectores, como la mamá pollito.
Espera... ¿De verdad acababa de pensar aquello? Que mal vamos, en serio, si esa chica se veía más grande que yo, ¿que iba a ser yo la mamá pollito? Por favor.
Inconscientemente me salió una carcajada de esas que hacen historia, pero rezé que mi compañera no la hubiera oído (cosa imposible con lo fuerte que resonó). Decidí no prestarle mucha importancia y hacer como si nada hubiera pasado.

Tsujuri estaba en una habitación ya ¿verdad? entonces a mí me tocaría la otra. Entré y revisé las paredes. ¡No podía ser! ¡Eran rosas! No había color que me gustara menos que el rosa... Suerte que ya iba preparada con toda mi artilleria de pósters para decorarla. Hbían postes de animes, mangas, cantantes y doramas. Empezé a colgarlos todos. Aunque no pude con más de 8, porque hacía demasiado calor. Me dirijí a la cocina y me tomé un poco de agua fresquita.

DIOOOS!!!! Como el verano siga así de caluroso me muero vivaa!!!

Desde mi habitación escuché unas carcajadas, pero decidí no prestarle demasiada atención. Seguí con lo mío, observando la plaza. Pero mis ojos no podían mantenerse a un punto concreto, el calor hacía que lo desviara siempre y no acabara de observar nada.
-¡Caray! ¿Dónde se ha visto que hiciera tanto calor? -Renegué. -¿Dónde está el ventilador?-Empecé a corretear por las habitaciones, la salita de los sofás, la cocina... ¡Nada!... Pero será posible....

Al cabo de unos minutos me senté exhausta en el sillón que había delante del sofá en el que antes estaba sentada mi compañera. Como estaba en la cocina, le pedí que me trajera también un poco de agua.

Suspiré exhausta.

-Si empezamos así nuestra estancia en el Internado, vamos bien.

Escuché como Tsujuri se dirijió al safá y me pidió agua. Encantadíssima agarré otro vaso de la estanteria y lo llené de agua fresca. Ya con los dos vasos en las manos salí de la cocina.

-Si empezamos así nuestra estancia en el Internado, vamos bien.

Bueno, y si hubieramos entrado en invierno nos estaríamos congelando, porque tampoco veo estufas, ¿no?
Piensa en algo bueno, al menos podremos ir andando por el parque y el campus sin pasar frío.

Aunque pasando un calor tremendo- pensé, pero no era plan de decirselo porque sino si que la desanimaba por completo.
Me senté delante de ella en el suelo. Definitivamente allí hacía falta una alfomfra... Era un poco incómodo... Pero a mí el suelo ya me gustaba, así que me aguanté. Es más, estaba fresquito, era agradable.
Me quedé viendo a mi compañera con curiosidad. ¿Qué debería de haber vivido ella antes de llegar aquí? ¿Cómo deben de vivir los humanos fuera de este sitio? Decidí preguntarle.

Oye, ya que somos compañeras de habitación nos deberíamos de conocer más, ¿no? Dime, ¿que fue de ti para que terminaras en un sitio como este?

Tomé el primer trago de agua. Estaba fresca. Pero la pregunta recién formulada por Ayumi me incomodó. Suspiré, tragué saliva y miré hacia arriba. Intenté que no se notara e hice un gesto en señal de que estaba pensando la respuesta.
-Mis tíos decidieron que era lo mejor. -Concluí. Para ellos yo era un estorbo. Al menos estando yo aquí ya no tendán el peligro de morir también. -Aunque también estoy mejor sin ellos.-Sonreí.

Volví a tragar otro sorbo de agua y respiré algo aliviada. Intenté mantener la sonrisa y que no pareciera sospechosa.

-Creo que es una buena oportunidad para conocer gente.-No era lo que más deseaba, pero en fin... Quería disculparles.

Tras unos segundos de silencio, decidí devolverle la pregunta. -¿Y tu?

Vi que se incomodó un poco con mi pregunta y dirijió su mirada al techo. De repente me sentí mal por hacerla hablar de algo que ya veía que no le apetecía demasiado. Un gusanillo esmezó a carcomerme por dentro.

-Mis tíos decidieron que era lo mejor. Aunque también estoy mejor sin ellos.

Después de decir esto -que, todo se debe de decir, no me sonó muy convincente- me sonrió. Pobre, en verdad lo debería de haber pasado mal... Suspiró y agregó que sería una buena oportunidad para conocer gente... OK, si en verdad se lo toma así, me gusta, ya no me siento tal mal. Estoy dispuesta a ayudarla a que olvide ese dolor que se nota que siente cuando habla del pasado...
Al cabo de un rato me preguntaa mí lo mismo que yo le pregunté... De acuerdo... Creo que primero debo seleccionar bien las palabras, porque como le diga que soy una asesina en serie no me va a querer más a su lado... Decido que mejor le cuento solo lo de Ren...

Bueno, yo... la verdad es que pasaron algunas cosas feas en mi familia donde mis padres no me pudieron ayudar mucho y se sintieron culpables- OK, se lo habia dicho pero no se lo haia dicho... no me podía considerar una mentirosa, ¿no? - y después estuve con mi profesor de EF, que se ve que era un licántropo... Así que para que me olvidara de todo me trajeron aquí -Hago un puchero, de esos que hacían fundir a Ren- Pero la verdad es que no se que esperan... Cuando salga de aquí lo voy a buscar y vamos a continuar juntos... No se me olvidará para nada.

Esa historia de amor con el profesor me resultó familiar. ¡Ay mi querido! Le echo tanto de menos...
Estuve durante unos minutos reflexionando en silencio. No podía mirarle los ojos a Ayumi, puesto que el recuerdo llenaba los míos de lágrimas. Forcé una sonrisa, mientras miré alrededor. Esas paredes amarillas de la sala daban tranquilidad. Pero creí que estaba desnivelada. Eramos dos, y solo había una butaca. Además, las habitaciones eran realmente feas. ¡Debería haber alguna forma de cambiar el color, sábanas y añadir muebles. ¡Que rollo si no se pudiese! Um... Debería hablar con ella acerca de eso.

-¿Qué te parece este apartamento? ¿No lo ves un poco cutre? Las paredes tienen colores muy raros... La mía no me gusta, los colores que quedaron. ¡Y menos con las sábanas de ese color! Por favor, es un horror... -Suspiré. Sonreí sacando la lengua para dar complicidad. -Además somos dos... ¡Y tu estás sentada al suelo! Deberíamos buscar alguna forma de añadir muebles y cambiar colores... -Suspiré y tomé otro trago de agua. Acaricié el baso por debajo cuando lo volví a acomodar entre mis piernas. -¿Qué me dices, Tsuruga?

Vi que le hizo estar a punto de llorar el hecho de que yo le hablara de Ren... ¿Tanta pena le había dado ese hecho? Pobre... Le tenía que aclarar que no era para tanto... Pero justo cuando se lo iba a decir me hizo la prouesta más interesante que me habían hecho en aquel internado (aunque no llevara mucho tiempo en él...)

-¿Qué te parece este apartamento? ¿No lo ves un poco cutre? Las paredes tienen colores muy raros... La mía no me gusta, los colores que quedaron. ¡Y menos con las sábanas de ese color! Por favor, es un horror... -Suspiró. Sonrió sacando la lengua, tenia razón... Las paredes eran horribles y la sabanas... y con este calor no se podían colgar muchos posters que digamos...-Además somos dos... ¡Y tu estás sentada al suelo! Deberíamos buscar alguna forma de añadir muebles y cambiar colores... - Seh... Muebles, ALFOMBRAS y wifi... me gusta...-¿Qué me dices, Tsuruga?

-¿Que que te digo? ¡Que si nos dejan vamos ahora mismo hacia la tienda a comprar pinturas y muebles! ¡Y UN VENTILADOR! - Me levanté imediatamente del suelo poniendome de pie y levantando mi dedo indice de la mano derecha lo más alto posible en señal de desición.